Moisés De La Cruz Lorenzo, quien recientemente contendió por una posición de regidor en Cambita Garabitos bajo la bandera del partido País Posible, ha expresado públicamente su descontento y sensación de traición por parte de los electores de dicho municipio. De La Cruz Lorenzo afirmó haber invertido más de 60,000 pesos en efectivo, además de distribuir desayunos entre los votantes, con la esperanza de asegurar su victoria en las urnas. Contrario a sus expectativas, el resultado fue desolador: solo obtuvo 10 votos.

La estrategia de campaña de De La Cruz Lorenzo, centrada en la asistencia directa y el incentivo económico, parece no haber resonado entre los votantes de Cambita Garabitos como él esperaba. "Me siento profundamente engañado por el pueblo. Puse mi confianza, mi tiempo y, sobre todo, mi economía en manos de sus promesas. Ahora me encuentro en una situación financiera crítica, con una gran deuda acumulada entre prestamistas y diversos bancos", declaró el candidato derrotado.

Este caso ha suscitado un intenso debate sobre las prácticas electorales en la región, poniendo en relieve la problemática del clientelismo y la compra de votos, tácticas que, aunque desafortunadamente comunes en diversos contextos, raramente se exponen públicamente de esta manera. Expertos en ciencias políticas y ética electoral han señalado este incidente como un claro ejemplo de los peligros y desafíos que enfrenta la democracia local, en la que la desesperación por obtener cargos públicos puede llevar a los candidatos a tomar decisiones financieras riesgosas y moralmente cuestionables.

Además, este suceso ha generado una ola de reacciones entre los habitantes de Cambita Garabitos, algunos de los cuales ven la declaración de De La Cruz Lorenzo como una admisión tácita de intento de manipulación electoral, mientras que otros expresan simpatía por su situación financiera.

La situación de Moisés De La Cruz Lorenzo permanece incierta mientras enfrenta las consecuencias de su apuesta política fallida, tanto en el ámbito financiero como en su carrera política, marcando un precedente en la política local y abriendo un debate necesario sobre las prácticas electorales en la República Dominicana.