San Cristóbal, RD. - En una manifestación pacífica que reflejó el creciente conflicto entre desarrollo económico y conservación ambiental, representantes de diversas asociaciones comunitarias se congregaron este miércoles para exigir la coexistencia entre las actividades mineras y la preservación de las emblemáticas Cuevas del Pomier en San Cristóbal.

La caminata, organizada por la Asociación de Mineros del Pomier, la Asociación de Choferes y Propietarios de Camiones Pomier, la Asociación de Agricultores y otras organizaciones locales, partió desde la carretera La Toma, en el sector Villa Fundación, hacia la gobernación provincial. Los manifestantes expresaron su rechazo a la posibilidad de cierre de empresas mineras que, según ellos, han operado en la zona por más de cinco décadas y son vitales para la economía local.

Durante la movilización, los asistentes cuestionaron los resultados del estudio realizado por George Veni, especialista en espeleología, calificándolo de incompleto. Alegaron que no se dedicó el tiempo necesario para un análisis profundo y señalaron que las conclusiones del informe no incluyen todas las cuevas de la zona.

Además, los líderes comunitarios entregaron por segunda vez una carta en la gobernación provincial, insistiendo en la posibilidad de armonizar la explotación minera con la protección de las Cuevas del Pomier. En su declaración, afirmaron que las demandas para cesar las operaciones mineras provienen de sectores externos que no representan a los habitantes de Borbón ni de las comunidades cercanas al Pomier.

Las asociaciones subrayaron el impacto social de la minería no metálica en la región, enfatizando que más de 8,000 familias dependen directa o indirectamente de esta actividad. Líderes de iglesias católicas y evangélicas, así como juntas de vecinos, se unieron al llamado, abogando por un equilibrio entre la sostenibilidad ambiental y el desarrollo económico de la provincia.

El debate sobre las Cuevas del Pomier, reconocidas por su riqueza arqueológica y natural, continúa dividiendo opiniones. Mientras los ambientalistas exigen su preservación absoluta, las comunidades locales argumentan que la minería es esencial para su supervivencia, reclamando que la solución debe considerar ambas perspectivas.