El reconocido periodista William Alcántara ha generado controversia al proponer el traslado de los restos del dictador Rafael Leónidas Trujillo a su provincia natal, San Cristóbal, y la creación de un museo en su honor. Esta propuesta ha abierto un debate sobre cómo abordar la memoria histórica de un régimen controvertido en la República Dominicana.

Los restos de Trujillo fueron sepultados inicialmente en el sótano de la Iglesia Nuestra Señora de la Consolación el 2 de junio de 1961, cinco meses después de su asesinato el 30 de mayo. Sin embargo, la historia de sus restos ha sido tumultuosa a lo largo de los años.

Tras su sepultura inicial, su hijo, Ramfis Trujillo, sacó los restos de su padre de la catedral con la intención de llevarlos a Francia a bordo del yate Angelita. Sin embargo, este intento se vio obstaculizado cuando la embarcación llegó a las islas Azores, que pertenecen a Portugal. Se sospechaba que el yate transportaba una gran cantidad de oro, lo que llevó a que no se les permitiera desembarcar.

Finalmente, los restos de Rafael Leónidas Trujillo fueron transportados en un avión DC-7 de la compañía Panamerican hacia el aeropuerto de Orly en París, Francia, donde fueron enterrados en el cementerio Pére Lachaise, el más grande de la capital francesa, en diciembre del mismo año. Nueve años después, en 1970, los restos fueron trasladados a Madrid, España, donde permanecen en la actualidad en el Cementerio Municipal de Nuestra Señora de la Almudena, ubicado en el sector madrileño del Pardo.

La propuesta de William Alcántara plantea cuestiones importantes sobre cómo lidiar con la memoria histórica y el legado de figuras controvertidas en la República Dominicana. La idea de un museo dedicado a la vida y el régimen de Trujillo ha generado reacciones mixtas en la sociedad dominicana, y es probable que continúe siendo un tema de debate en el futuro.