El director del Centro de Operaciones de Emergencias (COE), Juan Manuel Méndez, ha mantenido a la población en vilo mientras la evacuación de residentes en áreas colindantes a la zona de la devastadora explosión en San Cristóbal continúa de manera incesante. La urgencia de esta medida radica en la presencia de un tanque de gas en estado activo que plantea el riesgo inminente de un estallido adicional.

Con voz serena, Méndez comunicó la existencia de un tanque de aproximadamente 5,000 galones que permanece en el edificio, manteniendo una aparente calma pero subrayando la importancia de mantenerlo bajo control. "El tema del calentamiento porque se ha estado enfriando desde ayer en la tarde", explicó. Sin embargo, este control precario pone de manifiesto la necesidad de establecer un perímetro de seguridad que garantice la integridad de los residentes y evite cualquier eventualidad que pueda desencadenar un nuevo colapso y con ello, una tragedia mayor.

En cuanto a los números, Méndez proporcionó una actualización impactante: 11 personas han perdido la vida en este siniestro, mientras que 59 resultaron heridas. La cifra de desaparecidos asciende a 11 personas, un dato que estremece a la comunidad. Con la premisa de salvar vidas, 33 individuos han sido trasladados a diferentes hospitales del país para recibir atención médica. La devastación material es innegable: cuatro edificaciones quedaron reducidas a escombros y nueve más fueron afectadas por el impacto de la explosión. Dos personas requirieron traslado aéreo en medio de la emergencia y el número total de personas afectadas, de manera directa o indirecta, se sitúa en 506, un indicador estremecedor de la magnitud de la tragedia que ha sacudido a San Cristóbal.