En un mundo hiperconectado, donde los teléfonos móviles se han convertido en extensiones de nuestro ser, un reciente estudio ha arrojado luces sobre los efectos insospechados de desconectar el acceso a Internet. A través de un experimento realizado con 467 participantes, se demostró que, al restringir el acceso digital a solo llamadas y mensajes, la salud mental de los individuos experimentó notables mejoras.

Durante un mes, los participantes bloquearon el acceso a Internet en sus teléfonos inteligentes, lo que resultó en una serie de resultados sorprendentes. Según los datos recopilados, un imponente 91% de los participantes reportaron una mejora significativa en su bienestar general, reflejándose en una mayor atención y un sentido de paz mental previamente desconocido. Esta desconexión produjo efectos tan poderosos que, en términos cognitivos, algunos indicaron que su capacidad de concentración había retrocedido una década, como si un "retroceso temporal" hubiera restaurado sus habilidades mentales.