En una decisión que ha desatado polémica en la comunidad internacional, la plataforma Google Maps ha modificado la denominación del Golfo de México, reemplazándola por "Golfo de América" para los usuarios que acceden desde Estados Unidos.

Según fuentes oficiales, este ajuste responde a una política impulsada por el gobierno estadounidense, con el propósito de reforzar una identidad nacionalista en sus referencias geográficas. La decisión ha sido interpretada por algunos sectores como una estrategia de rebranding geopolítico, mientras que otros la ven como un simple ajuste en la nomenclatura digital.

El gobierno mexicano ha reaccionado con indignación ante este cambio. La presidenta Claudia Sheinbaum ha declarado que "ninguna nación tiene la potestad de modificar unilateralmente el nombre de un accidente geográfico compartido", citando la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar como fundamento legal.

Diplomáticos latinoamericanos han calificado la modificación como un intento de apropiación simbólica, mientras que historiadores recuerdan que el término "Golfo de México" ha sido utilizado por siglos en mapas y documentos oficiales.