Cada último domingo del mes de abril, el mundo celebra el Día Mundial del Matrimonio, una fecha destinada a exaltar la unión conyugal y el compromiso mutuo entre las parejas. Esta jornada invita a reflexionar sobre el profundo significado del matrimonio en sus diversas expresiones: civil y religioso.

El matrimonio civil, reconocido por el Estado, otorga derechos y deberes legales a los cónyuges, consolidando una estructura jurídica esencial para la organización social. Por su parte, el matrimonio religioso, particularmente en la tradición de la Iglesia Católica, constituye uno de los siete sacramentos, un acto de fe y entrega que trasciende la simple formalidad legal para elevarse a una dimensión espiritual.

El Catecismo de la Iglesia Católica define el matrimonio como "una alianza por la que el hombre y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su naturaleza al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole". Esta visión sacramental refuerza la importancia del compromiso, la fidelidad y la apertura a la vida.

La celebración de esta fecha resalta la necesidad de fortalecer los lazos matrimoniales, en un tiempo en el que los modelos de convivencia se diversifican y la institución del matrimonio enfrenta nuevos desafíos culturales y sociales.