Un señor de 88 años de edad llegó a un centro de salud con una bomba que fue utilizada durante la Primera Guerra Mundial clavada en su recto. La llegada de este hombre al centro alertó inmediatamente a los doctores y las autoridades, quienes evacuaron el edificio por precaución. 

El hombre cuya identidad no ha sido revelada, se había introducido el objeto en su ano por placer sexual. Posteriormente, se dio cita el pasado fin de semana al Hospital Sainte Musse de Tolón, al sur de Francia. Estando allá, pidió a los doctores que le extrajeran del ano un viejo proyectil de artillería que tiene una medida de 8 pulgadas (más de 20 centímetros). 

Debido al miedo de los cirujanos de que el explosivo detonara, tuvieron que llamar a un experto en desactivación de bombas de la Policía Francesa. No empezaron las tareas de remoción del objeto, hasta que los expertos en manejo de explosivos determinaron que era difícil que pudiera activarse.

"Se produjo una emergencia que requirió la intervención de personal de desactivación de explosivos, la evacuación de urgencias pediátricas y de adultos, así como el desvío de urgencias entrantes", señaló el hospital a través de un comunicado. 

En el procedimiento, los médicos pudieron retirar la bomba después de hacer una incisión. Primero le quitaron el caparazón de 8 pulgadas de largo y más de 2 pulgadas de ancho (5 cm). El hombre ya se encuentra estable.