En un suceso que ya se inscribe entre los más extraordinarios hitos de la medicina contemporánea, el doctor Oluyinka Olutoye, cirujano pediátrico nigeriano radicado en Estados Unidos, ejecutó una operación fetal de altísima complejidad: extrajo temporalmente un feto del útero materno, extirpó un tumor potencialmente mortal, y logró reinsertarlo, permitiendo que la gestación siguiera su curso hasta un nacimiento saludable.

El procedimiento tuvo lugar en el Hospital Infantil de Texas, donde el Dr. Olutoye lideró un equipo multidisciplinario que intervino a una madre cuyo feto, con apenas 23 semanas de gestación, presentaba un teratoma sacrococcígeo, un tipo de tumor que aparece en la base de la columna vertebral y que puede comprometer severamente la vida del no nacido si no se trata con urgencia.

Durante la operación, el equipo médico abrió el útero, extrajo parcialmente al feto —dejando conectada la placenta para mantener la circulación—, extirpó el tumor y, tras asegurarse de la estabilidad fetal, lo devolvió al vientre. La madre fue suturada y se le permitió continuar con el embarazo hasta la semana 36, cuando dio a luz por cesárea a una niña completamente sana.