En el marco de la conmemoración del Día Mundial del Síndrome de Down, el país se encuentra nuevamente ante la necesidad urgente de repensar las políticas públicas que aseguren la inclusión plena de las personas con esta condición. El síndrome de Down, una condición genética que se manifiesta con variaciones en los estilos de aprendizaje, características físicas y la salud, sigue siendo una parte integral de la diversidad humana. Sin embargo, su integración a la sociedad depende en gran medida del acceso adecuado a la atención médica, programas de intervención temprana y una educación inclusiva de calidad.

Recientemente, la Asociación Dominicana de Síndrome de Down (ADOSID) ha levantado la voz, instando a las autoridades gubernamentales a priorizar la recopilación de datos estadísticos sobre la población dominicana afectada por esta condición. La falta de estadísticas precisas en el país dificulta la implementación de políticas públicas eficaces que puedan asegurar a las personas con síndrome de Down las herramientas necesarias para desarrollar todo su potencial.

El acceso a servicios de salud adecuados y programas de intervención temprana es crucial para fomentar un desarrollo óptimo, permitiendo que las personas con síndrome de Down puedan acceder a una educación adaptada y participar activamente en la vida comunitaria. Un paso significativo en este sentido fue la reciente inauguración de la primera Unidad de Intervención Terapéutica Territorial (UITT-Luperón) por el presidente Abinader. Este centro especializado brindará atención a niños con trastornos del espectro autista, síndrome de Down y parálisis cerebral, marcando un avance en la cobertura de servicios especializados en el país.