Aunque el término “superalimento” suele evocar productos exóticos o recientes con propiedades casi milagrosas, un nuevo estudio científico plantea un giro inesperado: el chicharrón de cerdo, tradicional en muchas cocinas populares, supera a reconocidos vegetales como la coliflor, la espinaca y la zanahoria en cuanto a funcionalidad nutricional.

Publicado en la revista científica PLOS One, el análisis clasifica diversos alimentos según su capacidad de ayudar a cumplir objetivos nutricionales clave. En esta clasificación, el chicharrón destaca por su alta proporción de proteínas y grasas saludables, especialmente ácido oleico, un tipo de grasa monoinsaturada beneficiosa para el corazón, también presente en el aceite de oliva.

Según datos de MyFitnessPal, una porción de apenas 57 gramos aporta 290 calorías, sin carbohidratos y con una distribución energética de 50 % grasa y 50 % proteína. A pesar de su alta densidad calórica, los investigadores subrayan que su composición lo convierte en un alimento funcional, si se consume con moderación.