Ser desordenado, trasnochar con frecuencia o usar palabrotas no siempre son signos de pereza o mala educación. Según un estudio realizado por psicólogos de la Universidad de Minnesota, estos hábitos podrían estar relacionados con niveles más altos de inteligencia.

El equipo, liderado por la doctora Kathleen Vohs, analizó el comportamiento de un grupo de voluntarios y encontró que aquellos con espacios desordenados tendían a tener una mayor creatividad y flexibilidad cognitiva. Asimismo, las personas que mostraban una tendencia a trasnochar o utilizar lenguaje considerado inapropiado presentaron resultados más altos en pruebas de inteligencia verbal y de razonamiento.

“El desorden puede estimular un pensamiento no convencional y creativo, mientras que las palabrotas no necesariamente reflejan una pobreza de lenguaje, sino una habilidad para expresarse de manera más rica y precisa”, explicó Vohs.

El estudio también destacó que ser trasnochador puede estar relacionado con un patrón de pensamiento más introspectivo y menos rígido, lo que favorece la resolución de problemas complejos.

Los investigadores concluyeron que estos comportamientos, lejos de ser vistos como simples malos hábitos, podrían ser manifestaciones de una mente activa, curiosa y con mayor capacidad para adaptarse a contextos diversos.