Un estudio llevado a cabo en Taiwán revela que las personas que pasan la mayor parte de su jornada laboral sentadas tienen un 16 % más de probabilidad de experimentar una muerte prematura en comparación con aquellas que no están todo el tiempo sentadas en el trabajo. Este hallazgo destaca la relación entre el tiempo sedentario y los riesgos para la salud, especialmente en entornos laborales.

El estudio taiwanés, que analizó datos de aproximadamente 482,000 participantes de unos 39 años en promedio, encontró que el riesgo de muerte prematura aumenta con la edad y es más pronunciado en las mujeres (21 %) en comparación con los hombres (13 %). Además, se observó un riesgo un 34 % mayor de muertes por enfermedad cardíaca entre aquellos que pasan la mayor parte del día sentados en el trabajo.

Sin embargo, el estudio ofrece una perspectiva alentadora al destacar que levantarse y moverse durante la jornada laboral, así como realizar ejercicio en el tiempo libre, puede reducir significativamente estos riesgos asociados con el sedentarismo laboral.

Los investigadores sugieren que la postura sentada prolongada puede tener efectos negativos en la salud, debilitando las piernas y el tronco, aumentando el flujo sanguíneo a las extremidades inferiores y contribuyendo a la inflamación de bajo grado. Estos factores, a su vez, podrían estar relacionados con condiciones como diabetes, obesidad, síndrome metabólico y disminución de la función renal.

Este estudio destaca la importancia de promover hábitos laborales más saludables que incluyan pausas activas, movimientos regulares y la conciencia sobre los riesgos asociados con el tiempo prolongado en una posición sedentaria durante el trabajo.

Es fundamental que las personas tomen conciencia de los riesgos asociados con pasar largos períodos sentados durante la jornada laboral y busquen maneras de incorporar actividad física y movimientos regulares en su día. La adopción de hábitos laborales más saludables, como realizar pausas activas, estiramientos y levantarse regularmente, puede contribuir significativamente a reducir los riesgos para la salud asociados con el sedentarismo en el trabajo.

Este estudio taiwanés subraya la importancia de implementar políticas y prácticas laborales que fomenten un estilo de vida activo, promoviendo la salud y el bienestar de los trabajadores. Además, destaca la necesidad de continuar investigando y concientizando sobre los impactos del sedentarismo en la salud, así como de impulsar cambios en los entornos laborales para mejorar la calidad de vida de los empleados.