Son miles de personas las que orinan en la ducha siempre que entran a bañarse. Sin embargo, pese a que esto es algo bastante habitual en casi todos, es una práctica antihigiénica y puede llegar a traer problemas de salud.

En primer lugar, la orina es una suma de todos los desechos líquidos de nuestro cuerpo. Cuando orinamos en la ducha, la probabilidad de alguna de que algunas bacterias dañinas producidas por la orina ingresen en una herida abierta del cuerpo y nos genere una infección es muy alta. 

Además, es super importante recordar que, si compartes la ducha con otra persona, ambos pueden llegar a desarrollar una infección urinaria debido a que las zonas húmedas tienden a ser el lugar ideal para las levaduras y bacterias.

Aunque no lo creas, esta práctica desencadena un efecto negativo a nivel cerebral, ya que luego de un tiempo, el cerebro asociará los sonidos del agua al deseo de orinar.

"No querrás hacerlo todo el tiempo porque lo que sucede es que cada vez que escuchas el sonido del agua, tu vejiga querrá orinar, porque está acostumbrada a escuchar el sonido del agua en la ducha", sostiene la doctora Irwin.