En la sociedad dominicana contemporánea, ha emergido el término "Princeso", utilizado por mujeres para describir a hombres que adoptan comportamientos que desafían los roles tradicionales de género en las relaciones de pareja. Esta expresión se aplica a aquellos que promueven la equidad y la reciprocidad, alejándose de expectativas convencionales.

Las características asociadas al "Princeso" incluyen:

• División equitativa de gastos: Hombres que, al invitar a salir, proponen compartir los costos al 50/50, promoviendo la igualdad financiera en la relación.
• Autonomía emocional: Si una mujer no responde a sus mensajes (dejándolos en "visto"), ellos optan por no insistir, evitando conductas de insistencia o presión.
• Flexibilidad financiera: Están dispuestos a que las mujeres paguen en ocasiones, rompiendo con la expectativa de que el hombre siempre debe cubrir los gastos.
• Solicitar apoyo económico: No temen pedir dinero prestado a su pareja, desafiando la noción de que el hombre debe ser siempre el proveedor.
• Límites en la generosidad: Cuando se les solicita dinero, ofrecen lo que está dentro de sus posibilidades, sin excederse ni comprometer su estabilidad financiera.

Este fenómeno refleja una evolución en las dinámicas de género y las expectativas en las relaciones, donde la equidad y la reciprocidad se valoran cada vez más. Sin embargo, el uso del término "Princeso" puede variar en connotación, siendo interpretado de manera positiva o negativa según el contexto y la perspectiva de quien lo emplea.

Expertos en sociología y estudios de género señalan que este cambio en las interacciones de pareja indica una transformación en las normas culturales, donde las mujeres y los hombres buscan relaciones más equilibradas y auténticas. No obstante, también advierten sobre la necesidad de analizar cómo estas nuevas etiquetas pueden influir en la percepción de la masculinidad y las expectativas sociales.