Te sientes agotado después de comer, el café ya no surte efecto, y el día parece interminable. ¿La solución? Una siesta de 15 minutos. Lejos de ser una muestra de flojera, este breve descanso es una herramienta poderosa para recuperar energía y mejorar el rendimiento durante la jornada.

Expertos en neurociencia y bienestar coinciden en que un sueño corto, justo después del almuerzo, puede optimizar la memoria, reforzar la creatividad y disminuir la sensación de fatiga. Estudios recientes demuestran que estas pausas breves logran restaurar la atención de manera más eficaz que una taza de café, ya que permiten al cerebro procesar y consolidar la información acumulada durante el día.

La siesta estratégica es especialmente útil en entornos laborales y académicos de alta exigencia, donde el agotamiento mental es frecuente. No es necesario dormir profundamente ni mucho tiempo: un breve descanso con los ojos cerrados, incluso en silencio, basta para reactivar la mente.