Un reciente análisis sobre la relación entre el ejercicio físico y el placer ha confirmado que algunas personas pueden experimentar orgasmos mientras entrenan en el gimnasio. Este fenómeno, conocido como coregasm, ocurre con mayor frecuencia en ejercicios que activan el núcleo del cuerpo, como abdominales, levantamiento de pesas y ciclismo.

Estudios sobre el Coregasm

Existen investigaciones científicas que han documentado este fenómeno:

• Estudio de la Universidad de Indiana (2012)

Un estudio dirigido por la investigadora Debby Herbenick, publicado en la revista Sexual and Relationship Therapy, encuestó a 530 mujeres y encontró que:

• 246 mujeres (alrededor del 40%) reportaron haber experimentado orgasmos inducidos por el ejercicio (coregasm).
• 370 mujeres (casi el 70%) mencionaron haber sentido placer sexual durante el ejercicio, sin llegar a un orgasmo.
• Los ejercicios más comunes asociados con el coregasm incluían:
  • Abdominales, especialmente los ejercicios de elevación de piernas.
  • Ejercicios de pesas, como levantamiento de peso muerto.
  • Ciclismo y spinning.
  • Yoga.
  • Escalada de cuerdas o ejercicios en barra fija.

Investigaciones sobre el vínculo entre ejercicio y placer

Otros estudios han demostrado que el ejercicio estimula la liberación de endorfinas y oxitocina, lo que puede aumentar la excitación y la sensibilidad en la zona pélvica. Además, el fortalecimiento del suelo pélvico (mediante ejercicios como los Kegels) puede hacer que algunas personas sean más propensas a experimentar placer durante el ejercicio.

¿Por qué ocurre?

El coregasm suele producirse debido a la combinación de varios factores:

• Contracción intensa del core y del suelo pélvico: Durante ejercicios como abdominales o sentadillas, los músculos del suelo pélvico se activan intensamente, lo que puede generar una respuesta orgásmica involuntaria.
• Aumento del flujo sanguíneo en la región pélvica: El ejercicio mejora la circulación, lo que puede aumentar la excitación.
• Estimulación del sistema nervioso: Algunos movimientos pueden estimular los nervios relacionados con el placer sexual.

Los expertos explican que este fenómeno se debe a la activación intensa del suelo pélvico y los músculos del core, lo que provoca una estimulación involuntaria de los nervios en la región pélvica. Además, el aumento del flujo sanguíneo y la liberación de endorfinas durante el ejercicio pueden contribuir a esta respuesta fisiológica.

Aunque el coregasm no es un evento común en todos los deportistas, sí demuestra la profunda relación entre el ejercicio y el bienestar físico y emocional. Especialistas en salud y fitness han comenzado a estudiar cómo esta experiencia podría ser aprovechada para mejorar la salud sexual y la motivación en la actividad física.

Este hallazgo abre un nuevo campo de estudio en la intersección entre el ejercicio y el placer, demostrando que la actividad física no solo fortalece el cuerpo, sino que también puede generar experiencias sensoriales inesperadas.