En un hito que podría transformar la medicina de emergencia y la atención hospitalaria, científicos japoneses han desarrollado una sangre artificial que puede utilizarse de forma segura en pacientes de cualquier tipo sanguíneo, sin riesgo de rechazo inmunológico.

La innovadora creación, que contiene glóbulos rojos y plaquetas sintéticas, cumple las funciones esenciales de la sangre humana: transportar oxígeno y facilitar la coagulación en situaciones de sangrado. Su diseño elimina los marcadores de tipo sanguíneo, lo que la convierte en una opción universalmente compatible, simplificando así las transfusiones y emergencias médicas.

Uno de los avances más notables de este desarrollo es su prolongada vida útil. A diferencia de la sangre donada tradicional, que requiere estrictos controles de temperatura y se degrada en pocas semanas, esta sangre artificial puede almacenarse a temperatura ambiente por hasta dos años, lo que representa un avance clave para zonas remotas, situaciones de desastre y almacenamiento en bancos de sangre.

Los ensayos clínicos, programados para comenzar en Japón en los próximos años, buscarán validar su seguridad y eficacia en seres humanos. De tener éxito, se prevé que este producto revolucionario esté disponible para uso médico alrededor del año 2030.

Este avance podría significar un antes y un después en el tratamiento de emergencias y cirugías, al eliminar las restricciones de compatibilidad y garantizar un suministro estable y accesible de sangre para todos.