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Reacciones humanas y juicios instantáneos

El “odio a primera vista” existe

Publicado: 15 Junio 2025 |  8:15 pm GMT
Un gesto, una voz o una mirada pueden bastar para provocar rechazo instantáneo

Aunque el imaginario popular insiste en glorificar el amor a primera vista, la otra cara del fenómeno, menos romántica pero igualmente humana, comienza a ocupar espacio en el debate científico y cultural: el rechazo inmediato hacia una persona que apenas conocemos. Según estudios recientes en neurociencia, este fenómeno no es una mera corazonada, sino una respuesta cerebral automatizada que se activa en fracciones de segundo.

Investigaciones han demostrado que el cerebro humano está diseñado para detectar señales de amenaza con extrema rapidez. Expresiones faciales, posturas, tono de voz o gestos aparentemente triviales pueden bastar para activar respuestas emocionales negativas sin que medie una reflexión consciente. Es el llamado “odio a primera vista”, una reacción que nace de lo más profundo de nuestro sistema límbico, donde habitan las emociones primarias.

Este juicio instantáneo puede tener raíces diversas: mecanismos evolutivos de autoprotección, experiencias pasadas, estrés acumulado, códigos culturales… y también prejuicios sociales inconscientes. La forma en que hemos sido educados, las imágenes que consumimos y los entornos en los que nos movemos moldean esas percepciones que, en cuestión de milisegundos, determinan simpatías o aversiones.

No se trata, aclaran los científicos, de justificar actitudes hostiles o discriminatorias, sino de comprender mejor las pulsiones internas que condicionan nuestras relaciones humanas. Saber que estos impulsos existen es el primer paso para identificarlos, gestionarlos y, en muchos casos, desactivarlos.

San Cristóbal, República Domincana

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