Una reciente investigación realizada por especialistas en neurociencia afectiva sugiere que una simple conversación telefónica con la madre puede tener efectos fisiológicos comparables a los de un abrazo, particularmente en la reducción del cortisol, hormona vinculada al estrés.

El estudio, conducido por el Instituto de Investigación del Comportamiento Humano de la Universidad de Wisconsin, evaluó a un grupo de niñas entre 7 y 12 años que enfrentaron situaciones estresantes. Tras la experiencia, algunas fueron reconfortadas físicamente por sus madres, mientras que otras solo recibieron una llamada telefónica. Los resultados arrojaron que, en ambos casos, los niveles de cortisol descendieron significativamente, y se registró un aumento en la oxitocina, hormona relacionada con el apego y la calma.

Este hallazgo respalda la teoría de que el lazo emocional materno, incluso cuando se manifiesta solo a través de la voz, ejerce un poderoso efecto regulador sobre el sistema nervioso. “El contacto auditivo con la figura materna activa regiones cerebrales asociadas con la seguridad y el apego, generando una respuesta neuroquímica reconfortante”, explicó la doctora Leslie Seltzer, autora principal del estudio.

Aunque la investigación se centró en niñas, los expertos sostienen que el efecto podría extenderse a otras edades y vínculos afectivos cercanos. En tiempos donde la distancia física es frecuente, esta revelación cobra especial relevancia, reivindicando el valor de una llamada sincera como vehículo de contención emocional.