San Cristóbal, RD. - Por generaciones, se ha repetido como una máxima irrefutable que cada borrachera se traduce en la pérdida de un millón de neuronas. Sin embargo, un análisis profundo de esta afirmación revela que su base científica es, cuanto menos, cuestionable.

Investigaciones recientes en neurociencia y toxicología indican que el consumo excesivo de alcohol sí afecta de manera notable al cerebro, pero no en la proporción que la frase sugiere. Según estudios publicados por la Sociedad Americana de Neurociencia, el alcohol interfiere con la comunicación neuronal, altera el equilibrio químico del cerebro y puede causar daño en las conexiones sinápticas, en especial con un consumo crónico. No obstante, la muerte de neuronas como tal ocurre en casos extremos, como en intoxicaciones severas o consumo prolongado asociado a patologías como el alcoholismo.

El mito del "millón de neuronas" parece haberse originado como una estrategia educativa para desalentar el abuso del alcohol, pero ha carecido de respaldo empírico. Expertos de la Universidad de Harvard aclaran que aunque las neuronas son resistentes, el daño al cerebro por el alcohol radica más en la pérdida de volumen cerebral y la degradación de la materia blanca, aspectos que afectan habilidades cognitivas, memoria y control motor.

Ante esta realidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que, aunque una borrachera aislada no implique una pérdida masiva de neuronas, su impacto acumulativo puede llevar a deterioros significativos con el tiempo.

En conclusión, el consumo moderado de alcohol y la adopción de estilos de vida saludables son clave para preservar la función cerebral. Aunque el mito del millón de neuronas haya sido desmentido, no debe subestimarse el impacto potencial del abuso de sustancias en la salud mental y física.