Una de las prácticas más comunes entre los usuarios de teléfonos móviles es escuchar música mientras que están en el baño. Si bien esto ayuda a mejorar la experiencia del aseo, puede tener repercusiones graves si no se toman las precauciones necesarias.
En primer lugar, al estar en espacios con humedad alta, utilizar el teléfono en un cuarto de baño puede dañarlo de manera irreversible. Según un artículo del Diario The New York Times, los teléfonos inteligentes no suelen ser resistentes al agua. Por lo tanto, el uso en el baño puede causar serios daños internos, lo que significa que una reparación sería necesaria.
De nada sirve ahorrar dinero con tus músicas favoritas si el teléfono se estropea completamente.
En segundo lugar, usar el teléfono en el baño podría no ser muy higiénico. El baño es el lugar donde las bacterias pueden proliferar y depositarse en diferentes superficies. Pasar el teléfono de un lugar al otro es una forma de transportar esas mismas bacterias. Las bacterias pueden penetrar por los orificios del teléfono en su interior y causar un ambiente hostil donde, además del daño, su teléfono tendrá un expediente de conquistas bacterianas.
Por último, dejando de lado los daños que un teléfono puede sufrir, también hay una cuestión de seguridad. En la actualidad, un teléfono puede contener datos confidenciales como números de tarjeta, información médica o incluso contraseñas. Esta información podría llegar a manos de personas no autorizadas si el teléfono deja de funcionar o si se extravía. Por lo tanto, es mejor ser precavido y no llevar el teléfono a lugares como el baño donde existen grandes posibilidades de pérdida.
En conclusión, aunque escuchar música mientras te aseas puede ser una gran experiencia, es mejor evitar el uso de un teléfono de alta tecnología en el baño. El alto grado de humedad, las bacterias y el riesgo de pérdida deben ser considerados antes de sacar el teléfono. La seguridad de su información y el teléfono van primero.
