Un reciente estudio ha revelado que las brochas de maquillaje sin limpiar pueden albergar más bacterias que un asiento de inodoro, representando un serio riesgo para la salud dermatológica. Entre los agentes contaminantes encontrados se detectaron restos de Escherichia coli, levaduras y moho, microorganismos capaces de provocar infecciones cutáneas, brotes de acné y otras afecciones severas si no se mantiene una adecuada higiene de estos utensilios.

Especialistas en dermatología advierten que muchas personas ignoran la importancia de limpiar regularmente sus herramientas de maquillaje, exponiendo así su piel a una acumulación peligrosa de gérmenes. El uso compartido de brochas, su almacenamiento en lugares húmedos o su uso prolongado sin desinfección incrementan exponencialmente el riesgo.

El estudio subraya la necesidad de incorporar hábitos de limpieza frecuentes como parte de la rutina de belleza, recomendando lavar las brochas al menos una vez por semana con productos antibacterianos suaves o soluciones específicas para cosméticos.