En un reciente estudio conducido por la Universidad de Loughborough en colaboración con la firma automovilística Abarth, se ha revelado que las personas experimentan un mayor nivel de felicidad al conducir que al realizar ejercicios en el gimnasio, desafiando así los paradigmas establecidos sobre el bienestar emocional y físico.

La investigación, llevada a cabo en el circuito británico de Mallory Park, evaluó las respuestas emocionales de los participantes en dos escenarios distintos: al conducir vehículos de alto rendimiento y al someterse a entrenamientos de resistencia y cardiovasculares en instalaciones deportivas. Para garantizar la rigurosidad del análisis, se utilizaron tecnologías de vanguardia, como reconocimiento facial para medir expresiones de alegría, monitores de frecuencia cardíaca y cuestionarios de autoevaluación.

Los resultados fueron reveladores: tras una sesión de conducción, los participantes experimentaron un aumento del 59% en sus niveles de felicidad en comparación con los ejercicios de gimnasio. De manera aún más contundente, la conducción elevó el estado de ánimo un 116% más que el ejercicio cardiovascular y un 20% más que el entrenamiento con pesas. Curiosamente, incluso aquellos que se limitaron al rol de copilotos en un vehículo conducido por un profesional reportaron un incremento del 77% en su bienestar emocional, superando con creces los beneficios reportados tras una sesión de actividad física.