Más allá del amor romántico, una pareja que escucha, apoya y comprende puede ser clave para vivir más años. Investigaciones recientes sugieren que los vínculos afectivos sanos no solo enriquecen la vida emocional, sino que también tienen un impacto significativo en la salud física y la esperanza de vida.

Un estudio publicado por la revista Journal of Psychosomatic Research concluye que las personas que sienten comprensión por parte de su pareja presentan menores niveles de cortisol —la hormona del estrés—, duermen mejor y muestran una presión arterial más estable. Esta correlación directa entre bienestar emocional y salud cardiovascular fortalece la tesis de que el entorno afectivo influye en la duración y calidad de la vida.

Además, investigaciones de la Universidad de Harvard, desarrolladas a lo largo de más de 75 años, afirman que el principal predictor de una vida larga y feliz no son los genes ni la riqueza, sino la calidad de las relaciones humanas. En particular, tener una pareja empática reduce los efectos del deterioro cognitivo, fortalece el sistema inmune y mitiga los síntomas de ansiedad o depresión.

La comprensión mutua en la vida en pareja actúa como un amortiguador ante las tensiones del día a día. Cuando una persona se siente escuchada y validada por su compañero o compañera, su sistema nervioso responde con mayor equilibrio, lo cual repercute positivamente en su longevidad.