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Salud mental y bienestar emocional

Dormir con peluches en la adultez: una práctica validada por la psicología contemporánea

Publicado: 07 Abril 2025 |  10:38 pm GMT
Lo que durante años fue considerado un símbolo de inmadurez afectiva comienza a ser reconocido por expertos como una estrategia legítima de regulación emocional y mejora del bienestar psicológico

Durante décadas, la imagen de un adulto que duerme abrazado a un peluche ha estado envuelta en connotaciones negativas, asociadas a la dependencia emocional o a una supuesta falta de madurez. Sin embargo, esta visión ha comenzado a transformarse a la luz de nuevos hallazgos psicológicos que revalorizan el papel de los denominados objetos de transición más allá de la infancia.

Según diversos terapeutas, los peluches pueden actuar como anclas emocionales, ofreciendo una fuente de estabilidad afectiva en momentos de estrés o vulnerabilidad. “No se trata de un retroceso evolutivo, sino de un mecanismo natural del ser humano para generar confort en contextos de incertidumbre”, explica la psicóloga clínica Laura Méndez, especializada en terapia del sueño.

Investigaciones recientes han demostrado que el contacto físico, incluso con un objeto inanimado como un peluche, puede inducir la liberación de oxitocina, una hormona relacionada con la sensación de bienestar, la relajación y el apego. Este efecto neuroquímico podría explicar por qué muchas personas que duermen con peluches reportan una mayor facilidad para conciliar el sueño y una disminución en los niveles de ansiedad nocturna.

Además, se ha observado que esta práctica puede tener un impacto especialmente positivo en adultos que viven solos, que han experimentado pérdidas afectivas o que padecen trastornos como el insomnio o la ansiedad generalizada. En tales casos, el uso de un peluche no solo cumple una función simbólica, sino también terapéutica.

San Cristóbal, República Domincana

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